Lo aquí consignado no es más que la pequeña historia personal contextualizada de cinco mujeres cristianas nicaragüenses. María Teresa y Waleska del Carmen, dos católicas; Marlene evangélica pentecostal, Nohemí morava no pentecostal y Jessie, una evangélica bautista. Todas mujeres profesionales cuya condición de clase, desde la ortodoxia de la teoría de las clases sociales, las ubica en una capa media ni alta ni baja. Son para decirlo con más precisión, trabajadoras, cuyo status profesional y social, ha sido conseguido con mucho esfuerzo y tesón por ellas mismas. No pertenecen a los sectores excluidos del sistema económico; pero tampoco a las elites económicas y políticas enriquecidas del país. Así que, aunque de orígenes relativamente distintos y con diferencias en las comodidades, satisfactores materiales y exquisiteces personales conquistadas, todas luchan cotidianamente, para sobrevivir con dignidad al proceso de empobrecimiento que produce el sistema en los sectores medios que aún trabajan.
Las cinco son mujeres laicas que forman parte de las bases practicantes de sus respectivas iglesias. Ninguna es teóloga titulada o estudiante de teología en busca del título; como tampoco forman parte de las jerarquías católica o evangélica; pues no dirigen ningún centro de formación teológica ni ocupan cargos directivos en alguna organizaciones de dirigencia religiosa.
El orden en que aparecen a continuación, no tiene algo que ver con otro criterio más que el lugar que les tocó en el momento de la entrevista. Véase, entonces, quiénes son ellas y cual es el contexto en que viven y conviven:
1. María Teresa: Una mujer muy franca y directa
María Teresa, es Médica Naturista Terapeuta, cuenta con 46 años de edad y 3 de estar practicando la medicina natural. Le gusta su profesión y constantemente está actualizándose, a través de cursos, seminarios, congresos y demás actividades cuyo objetivo es la profesionalización. Precisamente, conoce a Nohemí,[1] porque han coincidido en algunos cursos de capacitación y en actividades de formación como mujeres que trabajan al servicio del prójimo. Se considera una mujer muy franca y directa, tanto para decirles a las personas lo que no le gusta de ellas, como para entregarse al servicio de sus semejantes. Seria y muy observadora, su mirada escudriña al interlocutor cuando se comunica. Reservada e introvertida, cuando está en grupo siempre tiene una actitud de atención a todo cuanto sucede a su alrededor y habla poco hasta que entra en confianza con la o las personas que conversan con ella. En el ambiente de su iglesia es notorio el respeto que se le tiene y la confianza con que se le acercan, tanto sus compañeras de grupo como las personas que asisten y que de alguna manera han recibido algún beneficio de su parte.
Nació en Granada y tiene ya 15 años de vivir en Managua. Está casada en segundas nupcias y es madre de dos varones y una niña. Sus "padres terrenales",[2] tal como nombra a sus progenitores, ya fallecieron y esa pérdida le afectó y afecta mucho aún emocionalmente. Esto, debido a que, le tocó atenderlos y cumplir con los deberes tradicionales, para enterrarlos, sin la compañía de sus hermanos, quienes viven en los Estados Unidos de Norteamérica. A los nueve meses de haber enterrado a su madre, cuando a su suegra le estaban rezando el último día del novenario de fallecida, murió su padre, al que también atendió con mucha entrega en los momentos de sus dolencias. Todos estos problemas la llevaron a recibir tratamiento psiquiátrico durante tres años. Pero, considera que el médico no le hizo nada, que lo que la ayudó a recuperarse fue la fe.
Los estudios preprimarios, primarios y secundarios los realizó en el Colegio María Auxiliadora de Granada. Centro de enseñanza del cual dice "me crié en el colegio",[3] pues permaneció ahí desde que le faltaban seis meses, para cumplir tres años, hasta que se bachilleró a la edad de catorce años y medio. Se siente muy satisfecha al recordar que: cuando contaba con sólo 13 años de edad, antes de bachillerarse, se diploma de Taquimecanógrafa en ese mismo colegio. Estudió el año básico en la Universidad de León e hizo estudios en México, lugar de donde tuvo que regresar cuando tenía 18 años de edad, debido al mal estado de salud por el que los médicos la declararon desahuciada. Por este hecho, cree firmemente que Dios es milagroso, pues según ella tiene casi 50 años, y gracias al milagro del Señor, puede decir: "... estoy dando guerra todavía en el mundo".[4]
Su casa de habitación ubica en un barrio del sector oriental de Managua. Está rodeada de iglesias evangélicas. Al frente tiene una, a un costado la Iglesia Hebrón y al otro, la Iglesia El Sendero de la Cruz. Posee una venta[5], la cual atiende junto a su esposo. Ahí llegan a comprarle gentes de todas las religiones y eso le sirve, para comprobar cada vez más las bondades de su religión. Tanto ella como su esposo se dedican a trabajar a tiempo completo en la casa, pues ambos dejaron el trabajo en un centro técnico de enseñanza superior, hace casi 5 años.
De su esposo se siente muy satisfecha, pues han bregado mucho tiempo siempre juntos, para salir adelante. La respeta en sus inquietudes de profesionalización, la ayuda a trabajar en casa atendiendo la venta, es muy responsable con la atención del hogar en general y la quiere mucho. En este momento, marzo del 2000 ya está terminada la casa que estaban construyendo aún en diciembre del año pasado. Y, quien se dedicó a finalizar la construcción fue precisamente él. La satisfacción por sus hijos no es menos. El mayor cursa el 2º. Año de Ingeniería en Computación en la Universidad Politécnica de Nicaragua -UPOLI-, ubicada en la capital del país. Es catequista y cumple con los preceptos de la iglesia. El otro varón y la niña estudian en un colegio evangélico, pero para su satisfacción, siguen siendo católicos. Igual que ella, son bautizados y confirmados en la fe. Ellos, por su voluntad pidieron el sacramento de la confirmación y tuvieron la suerte de que fuera el Cardenal Miguel Obando y Bravo quien se los suministró.
Considera que siempre ha tenido sus principios católicos bien claros. Por lo tanto, cree que el único bautizo que vale es el que se hace dentro de esta religión, pues a su manera de ver, es la única religión verdadera. De ahí que, jamás ha pensado cambiarla por otra, porque es un recurso espiritual que le sirve sobre todo, para alcanzar la salvación. Uno de los sacramentos que más respeta es el de la comunión, por ser una forma de comunicación con Dios y Cristo vuelve a través de la misma. Tanto ella, su esposo como sus hijos e hija, guardan un profundo reconocimiento y respeto por sus dirigentes eclesiales, especialmente por el Cardenal Miguel Obando y Bravo. Su niña pequeña se pone muy molesta cuando oye que hablan mal del Papa o de los sacerdotes.
Asiste a la Iglesia San José de Calasanz,[6] de la Villa San Jacinto, colonia ubicada en el sector Nororiental de Managua. Es una parroquia modesta ubicada dentro del ámbito donde están las viviendas de la colonia y en ese mismo terreno funciona una escuela de Educación Primaria de carácter parroquial. En su iglesia, es la tesorera de la Asociación de Damas del Santísimo; grupo de 6 mujeres que acompañan al sacerdote en las misas y leen la Palabra o sea, las lecturas bíblicas relacionadas con el día de la ceremonia religiosa. También desempeñan apostolado, en actividades de asistencia tales como auxilio económico y espiritual a enfermos, visitas a cárceles y hospitales. Sólo una situación de mucha importancia, para la familia o insoslayable por sus consecuencias, la hace quedarse en casa los jueves, sábados y domingos, días en que con rigurosidad asiste al templo. Su esposo y sus hijos e hija también van con disciplina a la misa dominical. Para que la casa no se quede sola y haya quien atienda la venta, los varones se turnan asistiendo o por la mañana o la tarde. evoción por María Auxiliadora. Argumenta que se debe a que no sólo es la Madre de Dios, sino porque como mujer, es la intercesora ante Él, igual que son las mujeres como madres. La distingue su devoción por la Virgen María, que según su entender, es una de las cosas más grandes dentro de la religión.
2. Waleska: la católica, apostólica y romana socióloga de Bonanza
Hace 44 años, en el pueblecito minero de Bonanza, de la Costa Atlántica nicaragüense[7]abrió los ojos a la vida Waleska del Carmen;[8]una mujer muy amable, comunicativa y con mucha facilidad de expresión, tanto oral como gestual. Podría decirse que habla con los ojos y las manos, especialmente cuando algo la emociona mucho, ya porque le molesta o porque le satisface. Es perspicaz e intuitiva, para autoanalizarse y elaborar opiniones lógicas sobre los hechos de su vida personal, de la de las demás mujeres y los otros seres humanos en relaciones sociales. Siempre habla, tratando de penetrar en el análisis del interlocutor. Es franca y abierta, no le gusta la manipulación y defiende con ahínco sus criterios. Es una mujer que está clara de su situación dentro de la sociedad patriarcal y androcéntrica en que le toca desenvolverse, pues siempre hace alusión a este aspecto socio cultural.
Es consciente de sus dotes humanas, profesionales y femeninas, intelectuales, físicas y morales. Reconoce, sin falsa modestia, que hay personas que no llegan a desarrollar ciertas destrezas de pensamiento, y que su existencia ha sido riquísima en experiencias que le han permitido ese desarrollo cualitativo. Denota un profundo orgullo por lo que ha logrado, venciendo tropiezos y obstáculos establecidos culturalmente, para las mujeres, no sólo por ser mujer sino, en su caso, también por tener un origen étnico asociado a minorías sociales, como las de la Costa Atlántica nicaragüense.
Su padre proviene de una familia de Wani y su madre es de Blufields, se conocieron y se casaron en Bonanza. Actualmente radica en Managua y su casa de habitación está ubicada en Bello Horizonte. Se divorció hace más o menos 8 ó 9 meses, después de haber convivido, en dos períodos separados por algún tiempo relativamente largo uno del otro, con un hombre que no correspondió a todos los sacrificios que ella hizo por él como esposa. Tuvo una hija mujer que se le murió en el momento del parto, en una época muy difícil de su vida. Por eso, sólo cuenta ahora con tres hijos varones. Los dos mayores son fruto de su matrimonio y el más pequeño de la unión con un piloto aviador de las FAS,[9] ya fallecido. Es la responsable de su hogar y vive únicamente con dos de sus hijos, el mayor que ya trabaja y el menor que está aún estudiando y que inició en este año 2000 sus estudios universitarios. El segundo de los muchachos, se fue de su lado, para habitar, primero con su padre y luego, con su abuela materna, casa donde está hasta el momento.
Su origen étnico es uno de los elementos que con mucha espontaneidad manifiesta al presentarse, para explicar que posee formas de comportamiento y concepción distintas a las de las personas del Pacífico, pues cada tipo de gente provienen de dos culturas muy diferentes. Las raíces de su formación costeña prevalecen en su esencia humana, a pesar de que son muchos años ya los que han corrido desde cuando la trajeron a esta parte de Nicaragua por motivo de estudios. En ese entonces, regresaba en período de vacaciones, pero ahora ya tiene mucho tiempo de no visitar a sus amigas, amigos y familiares que aún habitan allá.
Waleska es hija y nieta de dos maestras de Escuelas Parroquiales. Cuando rememora las primeras etapas de su vida, más que de sus padres, guarda un gratísimo recuerdo de la convivencia con sus abuelos, especialmente con sus abuelas. Lugar primordial en sus remembranzas, tiene la abuela materna, quien la inició en los asuntos de la fe católica. También se refiere a su padre con más apego afectivo que a su mamá, con la que hasta hoy mantiene muy limitada comunicación. Hay un momento que muy conmovida expresa: "... tuve mucho contacto con abuelos y abuelas... de las dos abuelas mujeres sí recibí muchísimo en materia religiosa. Siempre me llevaron a la iglesia de su mano. Es éste un recuerdo de mi vida de pueblo: siempre de la mano, más de mis abuelas que de mis padres".
Contaba con sólo 8 años de edad, cuando la internaron en el colegio "María Auxiliadora" de Granada. Allí cursó casi toda su educación primaria y secundaria, pues fueron sólo las primeras letras e iniciales conocimientos escolares los que aprendió en su tierra natal, asistiendo a colegios dirigidos por sacerdotes Capuchinos - Franciscanos. Es Socióloga de profesión. Después de que había nacido su cuarto hijo, pasado el año 1983, ingresó a la Educación Superior y estudió la carrera de Sociología en la Universidad Centroamericana, -UCA- de esta capital. Este hecho lo consideró y considera como una suerte, pues la universidad es católica. Porque, aunque en términos de militancia religiosa, no tenía en ese entonces, una vida como la de ahora, siempre fue fiel al principio de no hacer mal a nadie, tal como lo aprendió dentro de su educación católica. Y, por lo tanto, cree que jamás Dios ha dejado de guiarla en todo lo que hace, tal cual lo hizo en la escogencia de la profesión y del centro de estudios superiores. También adjudica a la bondad de Dios el don de escribir poesía, cuentos cortos y los ensayos sobre problemática social, especialmente sobre temas de género, los que ha enviado a algunos medios de comunicación. Reciente y de mucha aceptación es su escrito sobre el "aborto", publicado en la Página de Variedades de El Nuevo Diario. En éste cuestiona algunas posturas de la Iglesia sobre el tema y lo enfoca reivindicando a la mujer, pronunciándose en consideración con la situación de desventaja que ésta enfrenta en la sociedad patriarcal y excluyente.
Estuvo unida en matrimonio civil con un hombre que perteneció a las filas de la Resistencia[10] y que durante la Dictadura Somocista se desempeñó como miembro de la Guardia Nacional. De ahí que la conmueve mucho recordar su vida de recién casada, cuando vivía junto a su cónyuge en la colonia destinada para ellos aquí en Managua[11]. Entonces él tenía 25 años y ella como 23. Era la más joven de las mujeres casadas con miembros de ese cuerpo de seguridad del régimen, que habitaban el lugar. Cuando su niño mayor tenía 4 años y el menor era un tierno de 4 meses, le tocó vivir el triunfo de la Revolución.[12] A los 10 días del suceso histórico, tuvo que asilar a su marido en la Embajada de España. Las contradicciones que enfrentó en ese momento, aún la conmueven. Con unos ojos lagrimosos difíciles de disimular, manifiesta que le desagrada recordar esto, porque tiene la sensación de que es una de las cosas más duras que ha tenido que hacer, para sobrevivir como mujer joven y desprotegida. De ahí que expresa muy emocionada: "Yo era la más joven de las mujeres de guardias en esa colonia. Era como la Benjamina... aunque no estaba integrada al Frente[13] como tal, la casa de mi familia había servido a la Revolución y mi único hermano y mi mamá eran del Frente. Por eso,... conocía a los muchachos organizados en la guerrilla... gente hasta de la Dirección Nacional...Después del triunfo de la revolución, asilé a mi esposo... Porque, sucede que de lo más tranquila me había quedado pensando, que si no las debías no las temías. Pero, un día llegaron a la casa a buscarlo gente de la Universidad ¡que habían sido amigos míos! y que eran compañeros de mi hermano... Eran los muchachos a quienes les decían los ¨Caza Perros¨. Y, como él estaba joven y ellos tenían una tipología de cómo era el guardia, quizá pensaron que no era él y no se lo llevaron... ¡Claro! como ya habían pasado 10 días del triunfo, no sabía que hacer... estaba aterrorizada... temía que lo fueran a matar o a hacerle algo... Esos son hechos que no me agrada recordar. Porque fueron cosas que me hicieron actuar como por sobrevivencia. No era nada planificado. Iba actuando por sobrevivencia... él quedó asilado en la embajada y salió del país, decidí no irme y quedarme con mis hijos...".
Vista el atuendo que sea, Waleska siempre lleva prendido al costado izquierdo del pecho, un crucifijo de plata. "Soy católica, siempre lo he sido. Me identifico, diciendo que soy: católica, apostólica y romana", expresa muy satisfecha, cuando proporciona sus datos, sin que haya necesidad de preguntarle a qué religión pertenece. Muy segura, manifiesta que últimamente ha ido desarrollando la costumbre de identificarse de esa manera, porque, a pesar de que así se lo enseñaron desde pequeña, en su juventud dejó de decirlo. Pero, vuelve a usar la expresión, para dejar claro que es de la línea jerárquica. Véase cómo lo manifiesta, emocionada: "Cuando se dice católico, apostólico y romano, se está identificando con lo que el Papa dice. Con lo que manda la Iglesia. Entonces, soy de esa línea. Sí, ¡soy de esa línea!".
Fue bautizada en Bonanza y confirmada en Granada. Ahora pertenece a la Parroquia del Espíritu Santo, que sita en la colonia Cristian Pérez, la que antes de la década de los 80´s, se conocía como "Salvadorita". Asiste regularmente a misa todos los domingos y a la celebración del Santísimo los días jueves. Cuando es necesario, llega cualquier otro día y también visita la Iglesia Catedral, especialmente la Capilla del Santísimo, lugar donde está el Sagrario, para guardar las ostias consagradas. Se siente ya tan integrada a su iglesia, que cualquier error o crítica de la que pueda ser susceptible el párroco o los sacerdotes y jerarcas de la misma, no afectarán en algo su fe y recurrencia al templo, ni lo que piensa y el respeto que les tiene a los ministros de la fe. Las y los feligreses y sacerdotes están tan acostumbrados a su presencia, que cuando esporádicamente deja de asistir, le preguntan la causa. Es latente que esto le satisface y no lo disimula, aunque con su carácter dicharachero y bromista diga, con expresiones del lenguaje popular cotidiano, que la molestan con el interrogatorio.
Se fue de Bonanza y llegó a Granada, pero siguió absorbiendo toda una concepción religiosa católica. Y así ha sucedido durante su vida, a pesar de que en algunos lapsos de su estancia en Managua, ha dejado de asistir al templo y cumplir con el sacramento de la confesión y la comunión. Sin embargo, cree en los preceptos sacros y en los mandamientos tanto de la Ley de Dios como de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Aquí cabe citar lo que contó, riendo agradable y resueltamente, cuando se le preguntó si tenía un Guía Espiritual: "Ahí me has tocado un punto que me da risa. Porque ¡nunca tuve guía espiritual! Estoy tratando de tenerlo. Siempre tuve un sacerdote cerca... en mi infancia circulaba entre las cotonas de los Capuchinos,... es la orden en la que se educó toda mi familia y luego, donde obtuve mi educación. Después de esa etapa pasé a la formación de los Salesianos. Muy conservadora, muy estricta. Podría decir que en el momento en que me fui de donde ellos salí ¡odiando! la religión. Porque enseñaban tantas cosas tan así de mortificantes y opresoras, que me parecía que era la peor forma de educación... No tenía ningún guía allí... Cuando llegué de nuevo a los Capuchinos, a otro colegio, tenía 11 años. Allí me pegué una enqueridada[14] con un sacerdote Capuchino que era el Capellán del colegio. Andaba colgada de él todo el tiempo que se aparecía por el colegio... me aguanta trompadas, guiñones[15] de cotona... fue pues, la persona que conocía todo lo malo que yo pudiera estar haciendo en la vida. Nunca me confesé con él. Después él bautizó a mis hijos... Está vivo todavía... El me contaba cosas que no se las cuentan a nadie. Era como su confesora, más yo de él que él mío... ¡Ese era mi sacerdote pegado!..".
3. Marlene: una pentecostal de “cacha colorada"
Antes de que Marlene naciera, sus padres decidieron irse para territorio hondureño a poner una farmacia. Por eso, esta fémina "Pentecostal de cacha colorada",[16] como ella misma se identifica, para demostrar con esta particular expresión metafórica, que lleva la religión pentecostal "hasta en los tuétanos". Es hija de padres nicaragüenses, pero nació en un pueblo de Honduras, el 7 de junio de 1953. Después de un noviazgo de 5 años, se casó, aquí en Nicaragua, en 1977. Vivió mucho tiempo en la Colonia 10 de Junio. Ahora radica con su familia en el Barrio "El Paraisito" de esta ciudad capital, en donde son conocidos como "los evangélicos". Y, a pesar de que no tienen mucho tiempo de habitar en el lugar, los vecinos les guardan respeto y afecto por el espíritu de servicio que manifiestan hacia la comunidad. Pero fundamentalmente, por el prestigio que han alcanzado como un hogar ejemplar. Su grupo familiar está conformado por el esposo, sus dos hijos varones y una hija mujer. Además, su nuera, que es la esposa del hijo mayor y su nietecito de un mes más o menos de nacido. El otro hijo varón está por graduarse de bachiller y la hija mujer, que es la más pequeña, tiene 16 años de edad. Únicamente su padre está vivo, pues su madre falleció hace tres años.
Ha sido muy dedicada al estudio y le interesa mucho ser una intelectual preparada. En Honduras cursó la escuela primaria y vino a Nicaragua a la edad de 12 años, a estudiar el 1er. Año de Educación Media en el Instituto Maestro Gabriel[17]. Inmediatamente de bachillerarse en ese centro de estudios, se matriculó en la Escuela Normal[18] y después de dos años, se graduó de Maestra de Educación Primaria. Siendo ya casada, ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN, Managua, en donde culminó la carrera de Licenciatura en Pedagogía. Se graduó en 1984, en la primera promoción de pedagogos. Es Máster en Educación, egresada de la Universidad Autónoma de Barcelona, que imparte esa Maestría como colaboración con la Universidad Nacional aquí en Nicaragua.
Desde 1984 hasta el 31 de enero del año 2000 trabajó en una universidad de corte bautista, en donde desempeñó varios cargos: se inició como Asistente de Recursos Humanos, para luego ser Asistente de la Vicerrectoría Académica. Fue Directora del D.D.M.[19] por mucho tiempo. En 1989, decidió irse de nuevo para Honduras y en 1990 regresó del vecino país, para integrarse a la misma universidad, a Coordinar la Carrera de Banca y Finanzas hasta 1997. Cuando fue entrevistada, aún laboraba en el Departamento de Investigación y Postgrado y coordinaba una Maestría. Actualmente es la Rectora de la Universidad Cristiana de Nicaragua.[20] Como profesional se caracteriza porque siempre ha trabajado fuera de su casa, a la que llega regularmente, a las 9:00 p.m. después de una larga jornada que inicia a las 9:00 a.m. más o menos.
Asiste a la Iglesia "El Camino", de las Asambleas de Dios Pentecostales, de la cual su esposo es el Diácono responsable de las Finanzas. Esta iglesia está ubicada en Altamira, una colonia residencial capitalina y fue fundada, precisamente, para lograr captar gente de la clase media alta, status social que a Marlene le satisface mucho y respecto al cual, no disimula su satisfacción por integrarse. Porque, los más o menos doscientos y pico de miembros con que cuenta la iglesia, son en su mayoría profesionales o personas de un comportamiento que le agrada y cuya calidad humana califica positivamente. Está latente esa satisfacción, cuando por ejemplo, expresa: "¡Una iglesia muy linda!... Se da todo en orden... realmente la mayoría que asistimos somos profesionales. Sin menospreciar a la gente que no tiene títulos, pero que tienen una calidad humana tremenda. Soy muy feliz en mi iglesia".
"Este es un testimonio muy precioso" manifiesta conmovida, cuando se le pregunta sobre el tiempo que tiene de profesar su fe. La preciosura que le adjudica a su historia está en que: es pentecostal, a pesar de que, junto a su futuro esposo, fue bautizada en la iglesia católica un día antes de casarse, pues de lo contrario el sacerdote no aceptaba celebrar la ceremonia. Además, considera que es la religión que responde con fidelidad a lo que dice la biblia, porque los pentecostales poseen una doctrina muy sana, que les orienta una conducta cuidadosa de no ofender a Dios. Ésta va, desde las formas "normales"[21] de vestir, hasta el comportamiento moral con la familia: esposo e hijos. Así como con los compañeros y compañeras de trabajo.
De acuerdo a estos preceptos religiosos, Marlene cuida mucho su arreglo personal. Tanto en el trabajo como en la iglesia, cuando participa de los cultos y liturgias, viste ropa y accesorios, precisamente, a tono con lo establecido por su religión, pero siempre de buena calidad. Es comunicativa y zalamera, le gusta entablar amistad inmediatamente que conoce a las personas y se cuida mucho de no desagradar. No disimula su particular interés porque en la iglesia se perciba la alegría con que participa en las ceremonias, a las cuales se integra de manera total. Testimonia esto una expresión que dijo a la entrevistadora en el momento de una Vigilia Pentecostal: "Soy feliz con esto, me gusta y me siento muy bien. Aquí está mi vida".[22]
4. Nohemí: la rebelde Doctora de Lamlaya
Hace 41 años, un 22 de enero de 1958, a dos kilómetros de Puerto Cabezas, en la comunidad de Lamlaya[23], nace Nohemí. La Doctora miskita que se siente muy orgullosa de su etnia y vive en constante búsqueda, para ayudar al desarrollo de su género. Sus padres aún están vivos y radican allá en la Costa Atlántica o Costa Caribeña. Es soltera. Cuando tenía 16 años de edad se vino a vivir a esta ciudad capital, en donde reside actualmente, habitando una casa de su propiedad, en el mismo barrio donde queda ubicada la Iglesia Morava de Managua, a la que pertenece como profesante de esa fe. Vive sola, pero no es una solitaria, porque se acompaña de la constante lectura, de la música y la televisión. Especialmente le interesa estar al día en los problemas de la sociedad, para idear con creatividad cual puede ser su contribución a la solución de los mismos.
Nohemí es una mujer cuya seria formalidad no impide que sea desenvuelta y expresiva; por momentos pareciera que habla con los ojos. La resolución y desenvoltura se le notan a cada momento en todo lo que hace. Y, especialmente, resaltan en ella sus dotes de liderazgo, cuando está con otras damas y varones, en actividades de género fundamentalmente. Es muy amable, amigable y servicial. Con facilidad establece una relación de agradable cordialidad. Siente un placer especial por arreglar su casa con el dinero que es producto de su trabajo. Muy satisfecha, platica de las mejoras que en la construcción le permiten un hogar más cómodo y decente. Manifiesta también, especial predilección por los cuadros decorativos que exhiben pinturas de paisajes naturales. Cuida con esmero de sus plantas y sus muebles, en la medida que sus responsabilidades laborales se lo permiten. Viste con decoro y de acuerdo a las exigencias del medio que frecuenta en su quehacer laboral, social, organizativo y religioso.
Hizo sus estudios primarios en su comunidad de origen, los básicos en Pto. Cabezas y los diversificados de 4º. Y 5º. años en el Instituto Nacional Mixto "Maestro Gabriel" de esta ciudad capital, donde se graduó de bachillera. De ahí, inició varias carreras que no pudo continuar, por problemas económicos. Jamás ha contado con el apoyo de alguien y todo lo que ha logrado se debe al esfuerzo propio. En sus edades juveniles, únicamente hizo algunos cursos de enfermería, trabajo que le atrajo siempre por el sentido de servicio que lleva en sí. Ya estaba "maciza", según lo dice ella misma, al recordar que tenía 26 años cuando ingresó a la Facultad de Medicina en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua - UNAN, Managua -. Porque fue hasta que se instauró el gobierno revolucionario que pudo ser becada, para continuar estudios en el nivel superior de la Educación. Terminó la carrera de Médica e hizo su servicio social en Pto. Cabezas. Después regresó a Managua, para terminar su tesis y se graduó en 1992.
Participó en la insurrección popular que derrocó a la dictadura somocista en 1979. Estuvo organizada en la época de las luchas clandestinas del Frente Sandinista de Liberación Nacional, como enlace para llevar comunicaciones. Formó parte de los comités dedicados a la defensa civil, como enfermera. Recuerda conmovida los 16 partos que atendió durante toda la insurrección y la emociona contar cómo, aquellos niños que ayudó a nacer, hoy son muchachos que la saludan con cariño. Vivió los bombardeos del Puente El Edén en el combativo sector del Barrio Oriental de Managua. Le duele aún recordar los pedazos de cuerpos de niños y niñas y de nicaragüenses esparcidos, luego de las bombas de 500 libras que se lanzaron. Fue capturada por la guardia somocista y permaneció en prisión desde el momento del Repliegue,[24] hasta el 19 de Julio, día del triunfo revolucionario. De milagro está viva, pues habían decidido fusilarla.
Desde 1979 hasta 1990 fue miembro del Ejército Popular Sandinista,[25] en el que estuvo activa 7 años, durante los cuales se dedicó a la docencia en la Escuela "Carlos Agüero". "Serví siempre en el área de salud, andaba entrenando sanitarios", dice cuando recuerda esos momentos de su vida. Participó en rigurosos entrenamientos militares y capacitó con cursos de sanidad militar a estudiantes, de la UNAN, para resistir a la contrarrevolución. Aún recuerda que cuando llegó como estudiante a la universidad, le dieron clases algunos Alumnos Ayudantes,[26] que se ponían nerviosos y le decían "profe",[27] pues habían sido capacitados por ella. Nunca la mandaron a prepararse fuera del país, por lo que su desarrollo intelectual lo obtuvo con base en autocapacitación, a través de documentos y la asistencia de asesores.
Asiste a la Iglesia Morava, la que no sólo es la primera Iglesia que se separó de la Católica, sino la iglesia más antigua del país, pues existe desde el siglo pasado. Su liturgia religiosa no recurre a muchos símbolos materiales, más que la Cruz, la Santa Cena, el Bautismo y la Confirmación. Además, los colores verde y rojo, negro, amarillo y blanco, que sirven para diversos momentos de la liturgia. Siente un gran respeto por su dirigente principal actual, el Reverendo Norman Bent; porque tiene una mentalidad progresista y revolucionaria. Considera que con su participación eclesial, no sólo crece en su fe, sino se recrea, al incluirse gustosa, en algunas celebraciones especiales como la liturgia de la Semana Santa, además de las actividades que se organizan para niños, jóvenes y mujeres. Es, prácticamente una feligresa activa.
Pertenece a la "Unión de Mujeres Moravas de Nicaragua" -UMON- en Managua, y desde ahí acude a congresos, seminarios y talleres dentro y fuera de su congregación. Asiste a su iglesia desde que vino a la Ciudad capital. Se retiró de ella en la década de los años 80´s, debido a que las tareas revolucionarias le absorbían todo su tiempo. Al respecto, es muy cuidadosa para aclarar que jamás la Revolución le impidió creer en Dios y nunca algún organismo o institución del gobierno revolucionario, pretendió atacar su fe, en la que ella siempre ha creído. Se integró nuevamente, a partir de que fue licenciada del ejército, junto a todos los hombres y mujeres que esta institución desmovilizó, al nomás tomar posesión el gobierno de Doña Violeta Barrios de Chamorro en 1990.
Determinada, rebelde y firme es persona de criterio y capacidad de decidir sobre su vida. Como morava, respeta su fe, pero muy libre de prejuicios, describe su vida de creyente, de la manera siguiente: "... Como mujer, siempre he sido un poco[28] rebelde. Nunca he querido que me impongan algo. Y, con mi oración, digo: no estoy de acuerdo con el hecho de que me discriminen por tener este sexo. Así que no voy a ser sumisa. No me gusta hacer nada por obligación. Quiero hacer lo que a mí me gusta. Yo reclamo. Siento que así llego a lograr lo que quiero".
5. Jessie: una mujer de fe que no visita el templo
34 años han corrido desde el día en que nació Jessie Henry en Pto. Cabezas, lugar de la Costa Caribeña de Nicaragua,[29] donde sus padres se radicaron hace casi medio siglo. Su madre es originaria de Laguna de Perlas y su padre, fallecido hace 6 años, era de Corn Island. Costeña de origen no olvida sus raíces a pesar de que cuando tenía sólo 21 años de edad, se trasladó a Managua, lugar donde reside desde entonces. Es la sexta de siete hermanos y la mayor de las mujeres. Sus cinco hermanos varones viven en el extranjero y sólo su hermana pequeña, que tiene 26 años, se quedó en Pto. Cabezas, acompañando a su mamá que tiene ya la edad de 75 años.
Se considera una mujer independiente. Hasta el momento de la primera entrevista, trabajaba por su cuenta comprando y enviando mercancía, para vender en la Costa. Pero, a partir del mes de enero del 2000, dejó esa actividad comercial, para dedicarse por entero a las tareas domésticas. Vive en “Rubenia,”[30] colonia residencial de Managua. La casa es de su propiedad y la construyó con el producto de sus esfuerzos personales. Convive con su marido sin casarse, pero está segura que pronto contraerá nupcias con él, cuando finiquite su proceso de divorcio. Se conocen desde hace 20 años, se han separado ya dos veces y ésta es la tercera oportunidad que le ha dado, para que le demuestre su disposición de amarla y apoyarla. Habitan casas separadas, pues ella le cedió a un “precio simbólico”, según su opinión, más de la mitad del terreno, para que él construyera. Entre ambas casas hay una gran diferencia, en cuanto a tipo de construcción, comodidad y confort. La de ella es, aunque cómoda, mucho más sencilla que la de él.
No tiene hijos y desde hace 8 meses, lleva con ella, el muy fuerte dolor de haber perdido a su niño, cuando tenía 5 meses de gestación. La emoción excesiva que el hecho le produce, se manifiesta, cuando muy conmovida y con la voz quebrada, expresa: "Cómo lloré cuando perdí a mi niño. No tiene idea...¡Qué duro fue para mí eso de mi bebé!. Hace ya 8 meses y estoy todavía mal. No me he recuperado. Cuando me acuerdo del niño me entristezco. Recuerdo su carita, porque me lo enseñaron. Ya ¡enterito estaba! La carita era igualita a la del hijo de él[31], se parecían mucho".
Los estudios del nivel primario y secundario los hizo en el Colegio Moravo de su lugar de origen. En 1983 se matriculó en la Universidad Centroamericana, para estudiar Sociología, carrera que culminó en 1987. El ejercicio de su especialidad sólo lo realizó durante 3 años, cuando recién graduada, trabajó en un Instituto de Investigaciones Socio Laborales. Luego, durante 5 años laboró en la Sala de Protocolo del Aeropuerto.[32] Desde entonces, se dedicó sólo a trabajar, cosa que manifiesta con mucha nostalgia, aunque le satisface, porque eso le ha servido para ser una mujer honrada. Pero, a pesar de lo que expresa, es reiterado el efecto que para su vida tuvo, dedicarse sólo a trabajar, pues descuidó otras actividades de realización femenina.
Mujer amable y sencilla. Delgada, de ojos expresivos y facciones finas. Habla con voz suave y con un aire de timidez que le pone un halo de misterio. Por momentos una percibe la profunda soledad que siente y que manifiesta abierta y tácitamente, con los ademanes, los ojos, el tono de voz y gestos con que acompaña sus expresiones cuando habla. Parca y seria, piensa mucho antes de externar sus opiniones. Pero de cuando en cuando acompaña con una sonrisa lo que dice y de esta manera muestra su afabilidad y atenciones de anfitriona. Tanto en la primera entrevista, como en otras oportunidades investigadora e investigada convivimos relativamente largos momentos en su casa. Almorzamos juntas, vimos cocinar a una amiga que es otra de las entrevistadas, comentamos un programa de televisión, hablamos sobre música y preferencias musicales, opinamos sobre cortinas y enseres de la casa, etc. La última vez visitamos la vivienda del marido. Momento en que pude advertir cómo, después de la primera visita, ya se nota más el abandono y el descuido de su casa. Sobre todo, si se contrasta con los cuidados que pone en la casa del marido, que no sólo es una construcción mucho más acabada, acogedora y rica en detalles de confort, sino en la decoración y limpieza que está bajo la responsabilidad de ella.
Su caso es especial,[33] porque, a pesar de seguir siendo una mujer de fe, desde que tenía 21 años de edad, dejó de visitar un templo. Pero esto no se debió a su traslado a Managua, sino que a las contradicciones que tuvo que enfrentar siendo jovencita, debido a los criterios disciplinarios de quien en ese entonces, era el Pastor de la Iglesia Bautista de Pto. Cabezas. Véase cómo lo narra ella misma: "Desde pequeñita iba a la iglesia cada domingo, pero excomulgaron a mi madre y me excomulgaron, porque las bautistas no podían comulgar si su hija era parrandera o andaba en relaciones con algún casado... La comunión... se hace cada primer domingo de mes... Y como yo andaba en pecado, según el Reverendo,... me quedaba afuera de la iglesia,... me separé del muchacho y ya seguí normal. Respetaba todo lo que me inculcaban y llevaba mi vida con normalidad... Pero, no podíamos...comulgar... Pero eso no tenía importancia para mí. Iba a misa”.[34]
[1] Este hecho era desconocido por la investigadora en el momento de contactar tanto a una como a otra de las investigadas.
[2] ENTREVISTA No. 1, p. 11.
[3] Ibíd.
[4] Ibíd., p. 19.
[5] Tienda de comestibles y artículos de uso doméstico.
[6] San José de Calasanz, Santo de la Iglesia Católica fundador de la orden de los escolapsios. Los primeros de estos sacerdotes llegaron a Nicaragua en el año 1949 y en 1950 se instalaron en Managua, en el Barrio San Sebastián de la Managua Vieja. El edificio de cuatro pisos que construyeron se derrumbó con el terremoto de 1972. Tomado de: Palacios Talavera, Aldo, El Nuevo Diario, sábado 1 de abril del 2000, p. C4.
[7] Se respeta la expresión Costa Atlántica, porque así la manifestó la entrevistada. Sin embargo, actualmente algunos académicos originarios de allá, consideran que es más correcto denominarla como Costa Caribe.
[8] Este como cualquier otro dato de identificación personal ha sido cambiado. Pero el segundo nombre del Carmen, es real. Se consigna por lo que significa en la vida de Waleska.
[9] Fuerza Aérea Sandinista, en la década de los años 80´s.
[10] Grupo político-militar que se alzó en contra del Gobierno Revolucionario instaurado luego del derrocamiento de la Dictadura Somocista en 1979.
[11] Ahora esta colonia lleva el nombre de “Miguel Bonilla” y sita en el costado Sur de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN, Managua.
[12] Revolución Popular, que vanguardizada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional, derrocó a la Dictadura Somocista el 19 de julio de 1979.
[13] Refiérese al Frente Sandinista de Liberación Nacional, organización político militar clandestina, en ese entonces.
[14] En el contexto lingüístico de la entrevistada, quiere decir: "encariñada".
[15] Significa "tirones" o "halones", en el contexto lingüístico de la entrevistada.
[16] Hay lugares en donde lo mismo se expresa diciendo "hueso colorado". Quiere decir: "de pura cepa". Según el diccionario Larousse, CEPA (del latín: ceppa) es la parte del tronco de una planta inmediata a las raíces y que está metida en la tierra. Tronco de la vid. En sentido figurado: linaje, casta: "ser de buena cepa".
[17] Histórico Instituto Nacional Mixto de Managua.
[18] Escuela Normal de Managua.
[19] Departamento Docente Metodológico.
[20] Universidad recién fundada dentro del sector evangélico pentecostal.
[21] Esta particular forma de concebir la conducta humana se refiere, entre otros elementos, a los siguientes: Usar ropa “no extravagante”, aunque esté de moda. Cuidado en el largo de las faldas, evitar el uso de pantalón y vestir ropas recatadas en las mujeres, los varones no usar peinados de "colita" y las jóvenes chapas en el ombligo y todo cuanto la moda moderna permite en estos tiempos a los muchachos especialmente. Este comportamiento deviene de la interpretación literal del texto pronunciado por Jesús y que aparece en Juan, Capítulo 17: "Estamos en el mundo, pero no somos del mundo".
[22] Vigilia Pentecostal realizada el viernes 4 de febrero del año 2000.
[23] Lamlaya significa en el idioma mískito: "Aguas mansas" y "Agua de los delfines".
[24] Histórico Repliegue Táctico hacia Masaya, organizado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional, para no dejarse derrotar por el tirano, en los albores del triunfo revolucionario en 1979.
[25] Desde 1990 se llama: Ejército Nacional de Nicaragua.
[26] El Movimiento de Alumnos Ayudantes fue implementado en las universidades del país por el gobierno revolucionario, para compensar la falta de docentes especializados de que adolecía la Educación Superior.
[27] Apócope de "profesora", usado por los estudiantes de todos los niveles educativos.
[28] La expresión "un poco", significa en el contexto de la entrevistada, realmente: mucho.
[29] La costumbre es decir: La Costa Atlántica, pero en últimos esfuerzos de organizaciones reivindicadoras de los derechos de los habitantes de ese territorio, se ha esclarecido que la forma correcta de nombrarla es como se consigna en este trabajo. Sin embargo, a veces aparecerá usado indistintamente el término Costa Atlántica.
[30] Nombre cambiado, por principio ético. Se buscó una colonia que fuera parecida.
[31] Se refiere a su entenado, el hijo de su marido.
[32] Aeropuerto de Managua "Augusto C. Sandino", fundado con ese nombre durante el gobierno revolucionario en la década de los años 80´s.
[33] El caso de esta fémina investigada, fue seleccionado, para esta investigación, como el fenómeno desviante, para tener más referentes de comparación en la búsqueda de datos e interpretación de los resultados, tal como se estila en la metodología de la investigación cualitativa.
[34] Habla de misa en lugar de decir culto. Para tener seguridad de si se equivocaba o no, cuando se hizo la entrevista de profundidad, se le preguntó y explicó que en ese tiempo ella y en su casa decían “misa”.
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