martes, 15 de mayo de 2012

EL DESPOJO DE RAICES

"Cada pueblo, cada hombre, cada ser tiene su tiempo;
nosotros andamos en la búsqueda del nuestro..."
Alejandro Serrano Caldera.


La identidad se expresa como la igualdad de un fenómeno u objeto consigo o la igualdad de varios objetos y fenómenos entre sí. La identidad de algo o alguien es muy concreta. Contiene contradicciones, diferencias internas que se superan en su desarrollo, en determinadas condiciones. No debe perderse de vista entonces, el honrado análisis histórico, al reflexionar sobre la identidad de las sociedades.

Muy unido al concepto identidad está el de etnicidad, asociado a los términos racial, etnográfico, familiar, peculiar, nacional, característico. Y, que derivado de "lo étnico" se refiere a: particularidades de los pueblos y las culturas que precisamente les identifican como tales diferenciándolos. Por ello, cuando se caracteriza la identidad de un grupo cultural se alude a sus rasgos étnicos y a su vez, cuando se describen los rasgos étnicos, se hace referencia a la identidad cultural.

Procesos civilizatorios

En el capítulo I, del libro "Etnicidad, identidad y campesinado", Darcy Ribeiro, alude a los "procesos civilizatorios", para explicar la formación de las sociedades nacionales modernas. Refiérese a las transformaciones étnicas en los pueblos que se remodelan mediante la fusión de razas, la confluencia de culturas y la integración económica, cuando se incorporan en nuevas formaciones socioculturales. Les adjudica 2 maneras de realización: la activa (aceleración evolutiva) y la pasiva (actualización histórica). La primera, se da en sociedades que adquieren autónomamente la nueva tecnología y que progresan socialmente, preservando su perfil étnico y conformando macroetnias. La segunda, es propia de los pueblos que sufren el impacto de las sociedades más desarrolladas tecnológicamente y que en consecuencia, terminan sometidos a ellas.

Pierden su autonomía, corren el riesgo de sufrir la traumatización de su cultura y por consiguiente, alteran su perfil étnico. Son cuatro los procesos civilizatorios, que tuvieron lugar a raíz de dos revoluciones tecnológicas, a partir del siglo XVI; la Revolución Mercantil, la Revolución Industrial (siglo XVII), la expansión imperialista y la reordenación socialista. Hechos históricos, que concatenados e interrelacionados, permiten identificar la composición o recomposición étnica a nivel global. Se dan no sólo uno luego del otro, sino además, uno dentro del otro, pues su proceso contradictorio de génesis y conformación, no es mecánico. Por ejemplo, como consecuencia de la expansión mercantil salvacionista (ibérica), surgen los imperios Mercantiles, por aceleración evolutiva. Mientras que por actualización se conforman sus contextos coloniales esclavistas. Luego, como producto del 2o. proceso civilizatorio (Revolución Industrial) surgen por aceleración evolutiva las formaciones Capitalistas Mercantiles y por actualización aparecen las dependencias Coloniales Esclavistas. Unos pueblos se vuelven dominantes y otros dominados o dependientes. Contándose entre los últimos a los pueblos de Latinoamérica, con sus propias singularidades históricas cada uno, tal como las condiciones de su devenir lo demuestran.

Aculturación y deculturación

Con el estudio de los procesos civilizatorios singulares y la comparación sistemática de sus efectos, se puede formular una teoría explicativa del surgimiento de las etnias nacionales y las configuraciones histórico-culturales en las que ellas se inscriben.

Dos ejemplos son:

a) La aculturación que permite comprender cómo los pueblos impulsados por procesos civilizatorios pueden incidir en la formación de nuevas etnias o en su transfiguración, dentro de la corriente de expansión. Tal como sucedió con muchos pueblos precolombinos de América, sometidos por la invasión ("¿descubrimiento?") europeo-española y portuguesa fundamentalmente.

b) La deculturación, que manifiesta situaciones especiales, en la que contingentes humanos son reclutados (por sometimiento o por traslado) como mano de obra de empresas extranjeras o ajenas a su cultura. La separación de sus sociedades originales, los aparta consguientemente, de sus ambientes culturales. Obligados abandonan su patrimonio cultural y adoptan nuevas maneras de hablar, de hacer, de ser y de pensar. Se produce una erradicación de la cultural original. Verbigracia, lo que ocurre con los hombres y mujeres que por la desesperación de no encontrar un empleo acá en Nicaragua, se van a los Estados Unidos de América del Norte. El neoliberalismo en este caso, está actuando como agente de deculturación, a pesar de su "civilizada" etapa de esarrollo capitalista.

La alternativa

No hay identidades puras. Las etnias son parte de un universo cultural que de una manera u otra ha incidido en su conformación y génesis. Las opiniones que rechazan lo indígena o lo minimizan resaltando sólo lo occidental europeo como "lo civilizado", son enajenadas manifestaciones de sometimiento cultural. Para el encuentro de la identidad étnica y nacional, es importante determinar la situación de cada pueblo en el ámbito mundial, desde sus históricas conexiones con otras etnias y naciones. Sólo así se evita ese alienado y ridículo desprecio por las raíces originales.

No se olvide que Cristóbal Colón jamás "descubrió", porque nunca conoció lo supuestamente descubierto. La herencia de su equivocada concepción aún se palpa, sobre todo en los hijos de esta tierra, que llevando sangre indígena en las venas, se arrodillan ante el poder opresor, que desde hace más de cinco siglos, sólo ha cambiado de nombre. Tenemos que ¡redescubrirnos! Es la única alternativa, para dejar de ser orgullosos hombres y mujeres sometidos culturalmente.

Me sería de mucha utilidad contar con su opinion amigas y amigos lectores.

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