lunes, 25 de agosto de 2008

POEMA RARO

Y yo le dije:
no hay dicha para mí

fuera de tí!”
Ernesto Cardenal



Mi viejo corazón de niña.
Tierno músculo generador de sueños.
Diástole y sístole sin dueño.
Dañino corazón insatisfecho.
Saludable corazón humano.

Niño corazón necesitado
del afecto, el abrazo, el lecho compartido.
Cansado corazón urgido
del descanso de la entrega.
Ungido, corazón, con el bautizo de la espera,
eterna espera,
provechosa espera.

Veleidoso corazón con corazón
te vuelves copulando con otro
corazón que quieres mucho.
Porque también es un corazón
con mucho corazón.

!Ay! Cansado corazón inquieto.
No renuncies a seguir cantando
a los corazones sin reconocimiento.
Y, sobre todo corazón, severo corazón,
sigue enfilando tu desprecio por los privilegios
descorazonados de los ingratos corazones que no tienen corazón
.

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